PALACIO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ALICANTE

Fachada plasmada en el proyecto original 
Historia

El Palacio de la Diputación Provincial de Alicante se empezó a construir en 1928 después de que, tras muchos años buscando un edificio digno para la Diputación, se encargara al arquitecto Juan Vidal Ramos su realización. 

La construcción comenzó en el verano de 1929 y finalizó en 1931, año en el que  la Institución Provincial se instaló por fin en su nueva sede, siendo presidente de la Corporación D. Franklin Albricias Goetz. En enero de 1932, Ni
ceto Alcalá Zamora, presidente de la República Española, inauguró el Museo Provincial Arqueológico Histórico que ocupaba el ala norte de la planta baja del Palacio. 

Actualmente el edificio de representación política sigue vigente en su fución original. La construcción ha podido adaptarse a las necesidades actuales y constituye un referente arquitectónico en la escena urbana de la ciudad de Alicante.

Arquitectura

El estilo del edificio es neoclásico con elementos ornamentados de carácter barroco. Juan Vidal emplea la piedra natural en la parte baja de las fachadas pero recurre en la parte superior a los prefabricados de hormigón con armado de acero que ya se utilizaban en Europa a principios de siglo. Este material está especialmente indicado para realizar elementos seriados como cornisas pilastras, balaustres y pináculos que abundan en el edificio. Se colorearon con pintura.




Se puede destacar su gran porche en la entrada con sus dos torres en la fachada principal, sobresaliendo una gran balconada en la que se eleva un gran frontón. El edificio se completa con un jardín cerrado mediante una verja de hierro que rodea toda la edificación instalada posteriormente.

Localización

Vista aérea de Alicante en 1928 donde se aprecia
el palacio en la zona nueva de ensanche
Vista aérea actual con el palacio integrado en la ciudad
El Palacio se ubica en una manzana del ensanche urbano de Alicante, en la Avda de la Estación, entre la Plaza de los Luceros (Plaza de España en 1928) y la propia Estación de Renfe. Aquel ensanche ampliaba el sector urbano de la ciudad al Oeste y Norte del núcleo histórico y tradicional, trazando calles y avenidas perpendiculares entre sí, que delimitarían manzanas casi rectangulares. El edificio ocupa la manzana completa aunque está rodeado por un jardín, con lo que sus cuatro fachadas están retranqueadas de la alineación de las calles que lo circundan. La elección de su emplazamiento supuso trasladar el centro representativo hacia la ciudad burguesa. Hoy en día forma parte del centro comercial y administrativo de la ciudad, trasladado hacia la zona de la Estación del ferrocarril.

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